Relojes, Dientes y Genealogía

Domingo 2 de octubre de 2011



Este artículo está relacionado con el inevitable paso de los años y con signos o símbolos que de forma inesperada nos ayudan a sumergirnos en la Historia, ya sea a nivel global, o personal, o de alguna familia. Inicié con una fotografía nocturna del edificio donde actualmente funciona el Concejo de la Región Estocolmo. Bajo el ángulo superior central de la fachada se divisa un reloj, al que me referiré más abajo.


Mencioné ese edificio en mi escrito ”Cubos de Oro y Tres Impuestos”, del domingo 11 de septiembre de 2011. Ahí mostré una fotografía diurna y escribí:


”Nivel 2 – Regiones


Una diferencia con las regiones chilenas es que las regiones suecas tienen su respectivo Concejo Regional, con representantes que surgen de elecciones generales. Otra diferencia es que cada Región cobra impuestos propios.


Como yo vivo en la capital, puse recién una foto del histórico edificio en que funciona el Concejo de la Región Estocolmo. Fué terminado en 1834 y ha tenido diversos usos con el paso de los decenios.


Uso la palabra Concejo (representantes) en lugar de Consejo (recomendación).”


Hasta ahí lo escrito el 11 de septiembre con respecto a ese edificio del siglo XIX.


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Tañido nocturno


Esta palabra surgió en mi memoria y me sorprendió, ya que no la uso por decenios. Para asegurarme miré en un diccionario online y leí:


”Tañido. Toque de un instrumento de cuerda o percusión y sonido que produce.”


Como ejemplo se dá: ”Tañido de campanas.”



Los veranos son muy luminosos en estas latitudes y aunque distan del llamado ”Sol de la Medianoche”, que no se pone totalmente debajo del horizonte nortino, en esta zona conducen a noches cálidas muy tardías.


Lo inverso ocurre en invierno, cuando la obscuridad llega temprano. Aunque recién comienza el otoño, ya se nota que se pone más obscuro.


Con esos antecedentes relato ahora que hace pocos dias tomé el Metro al atardecer y me dirigí hacia el centro de la capital. Si hubiese tomado el tren Péndulo habría llegado a la Estación Central, pero como ahora el tráfico del metro está interrumpido en dos estaciones de la Línea Azúl, debido a la perforación de varios nuevos túneles, tuve que bajarme en la estación anterior.


Miré los letreros que indicaban los paraderos de buses de reemplazo y en la información regular ví que una salida llevaba al edificio en que funciona el Concejo Regional. Yo lo había visto desde lejos, pero esta vez me surgió la curiosidad por verlo desde más cerca.


Caminé hasta allá y ví el edificio iluminado, así como se vé en la fotografía del inicio. Había una entrada lateral abierta en la gruesa reja de fierro y entré por un lado desde donde se veía el jardín frente a la fachada. Me fuí caminando y admirando el antiguo caserón. Enseguida me detuve medio a medio al frente de esa fachada y leí un texto con letras doradas, que indicaba que ello fué construído durante al reinado de un cierto monarca.


Notaba que todo se veía bien restaurado y mi vista se detuvo en el reloj cercano a la punta. Entre los punteros logré ver la marca y reconocí ahí un apellido. Me tomó algunos instantes ubicarlo y otros segundos más asociarlo con un relato que escuché hace años.


Hice algunas anotaciones en mi libreta y me dispuse a continuar mi viaje en bus. Justo en el momento de cruzar la reja al salir por el lado contrario, escuché el fuerte primer tañido del reloj, indicando una hora exacta. Observé y escuché unos instantes más y pensé en mi amigo Leif, a quien por casualidad encontraría pocos dias después.


Considerando que yo solo veo cada seis meses al señor que tiene el mismo apellido que la marca del reloj, me pareció que esos tañidos fueron una apropiada coincidencia. Una sincronicidad múltiple que me ocurría en un lapso inferior a una semana.


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Dientes


Mi dentista se llama Leif y actualmente lo veo dos veces por año. Mi última visita ocurrió este jueves reciente (29 de septiembre), pocos dias después de ver el reloj-A del edificio del Concejo Regional.


Fué ya hace algunos años que a raíz de una pregunta que le hice debido a un futbolista que tiene su apellido, Leif me contó que su abuelo era fabricante de relojes. Un dia se extendió y me dijo que en la época previa a la Televisión, la medianoche de cada Año Nuevo se transmitía por radio desde la fachada de la fábrica de su abuelo, donde había un reloj-B muy conocido.


Fué esa la información que recordé al ver el reloj-A del Concejo Regional y al ver el apellido de Leif como la marca entremedio de los punteros:



 


Al escuchar los tañidos mientras me alejaba pensé que tal vez era un sonido similar el que los suecos escuchaban por la radio al llegar las 24:00 de cada 31 de diciembre.


Se trata entonces de DOS relojes fabricados por antepasados de mi dentista. Pido disculpas por las redundancias incluídas en el resto del texto, pero trato de evitar mayores confusiones. Digamos que el reloj-A es el que se vé en la parte superior de la fachada del edificio donde funciona el Concejo Regional de Estocolmo. Ese reloj-A se vé también en la foto que puse recién.


Digamos que el reloj-B es el que estaba sobre la fachada de la fábrica de relojes de la familia de mi dentista. Ese reloj-B era conocido por ser usado para transmitir por radio la llegada de cada Año Nuevo.


Recordé cuando Leif agregó que ese reloj-B del Año Nuevo fué trasladado a una plaza cercana a su consultorio. Tiene un espacio para un letrero que indica el año, otro para el dia y un tercer letrero para el mes. En cada Año nuevo antes del traslado, se cambiaba la fecha, con muchos espectadores atentos esperando en la helada calle. Algunos tenían las copas de celebración ya llenas de champaña y todos se disponían a abrazarse y a gritar ”Gott Nytt Ar.” (Felíz Año Nuevo).


El paso de los años se escuchaba así por la radio y supongo que tan pronto como se destacaba  el primer tañido de cambio de año y de medianoche con el gran reloj-B del abuelo de Leif, se sumaban simultáneamente los tañidos de campanas en todas las iglesias de Suecia. A raíz de esto me he enterado de que gran parte de las torres de esas iglesias tenían (y siguen teniendo) relojes salidos de la misma empresa.


Hace poco ubiqué la dirección donde quedaba esa fábrica, en la central Calle de la Reina. Actualmente hay allí un edificio en cuya esquina se encuentra un amplio restaturant chino. He almorzado allí varias veces, especialmente en una época cuando yo trabajaba en el centro.


Al caminar por esa calle peatonal recientemente, se sentían los ”aletazos de la historia” (recordé la expresión ”historiens vingslag”, donde ”ving” equivale a ”ala”, mientras ”slag” significa golpe. Golpes de alas o Aletazos). En varios edificios circundantes hay ministerios y a pocos pasos de la ya desaparecida fábrica de relojes está la Casa de gobierno (Ejecutivo).


El reloj-calendario (que también he llamado de reloj-B) afuera de la antigua fábrica de relojes marcaba entonces el paso de cada año. Eso ocurría a poca distancia de varios edificios donde se tomaban decisiones que afectaban a toda la población. Ese sector alrededor del antiguo reloj-B era sin duda un marcador de hechos históricos.


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Generaciones


El reloj del Concejo regional (que he llamado de reloj-A) estimuló mi curiosidad. Me enteré de que esa fábrica y esa familia del dentista construyó relojes voluminosos durante más de 150 años. O sea que no solo el abuelo o el bisbuelo de mi dentista eran fabricantes, sino que varias generaciones de antepasados más.


Incluso hubo algunas mujeres antepasadas de él, que se destacaron internacionalmente en el tema diseño y construcción de nuevos relojes.


Muchos relojes que aún funcionan en torres de iglesias de todo el país fueron hechos por antepasados de Leif. Muchos relojes de antiguas estaciones ferroviarias salieron de esa fábrica, pero a medida de que que ciertas estaciones se fueron dando de baja, esos relojes pasaron a colecciones privadas. Muchos barcos de la época en que Suecia era una importante nación naviera, tenían relojes salidos de esa fábrica cercana a la ciudad vieja.


Hay una torre de iglesia que es bastante simbólica, debido a que miembros de la famlia real se bautizan y se casan en ese templo. Aunque los cuatro relojes de esa torre no tienen marca registrada y no se vé el apellido de Leif, he leído que su orígen familiar está bien documentado.


El jueves reciente tuve mi control dental semestral con Leif y al comentarnos otros datos, aumentó mi interés por esos relojes históricos que marcaron el paso de los tiempos y que en varios lugares claves de este país, siguen marcándolo.


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Historia


En un lapso de pocos dias ví el reloj-A del Concejo y tuve mi revisión semestral con el dentista que tiene el mismo apellido de la marca de ese reloj. Poco después de que Leif ajustase mis dientes y les aplicase ultrasonido y pulimiento me fuí el jueves 29 en la tarde a un McDonald's que queda en una esquina de la plaza cercana al consultorio.


Mientras esperaba mi turno para pedir una menú-hamburguesa miré hacia la derecha y a través de un ventanal ví el otro reloj histórico (reloj-B), ese que marcaba el paso de los años:



Puse aquí una foto que encontré en la red y que fué tomada en mayo de 2005. A raíz de que fuí buscando más datos en los dias recientes vine a darme cuenta de que ese reloj-B simboliza una serie de acontecimientos históricos. Indirectamente logro ver allí incluso signos relacionados con mis recuerdos personales.


El antiguo reloj-calendario-B que marcaba cada Año Nuevo en tiempos de la radio, fué sacado de la fachada de la fábrica de relojes del abuelo de Leif, en la Calle de la Reina. Mientras el edificio-fäbrica se demolía para dar paso a otra construcción moderna, el viejo reloj-B quedó empaquetado en algún depósito.


Los años siguieron su avance inexorable, en algún momento el reloj-B se volvió a sacar del depósito y fué debidamente renovado. Enseguida se trasladó en 1975 y se colocó en la muralla donde se encuentra actualmente, según datos que encontré en estos dias.


Y fué ahí que logré acoplar una cosa con otra, ya que esa muralla rosada detrás de la actual posición del reloj-B apareció por la TV sueca durante varios dias dramáticos de 1973. Indirectamente aparece hasta una parte de la Historia de Chile en el siguiente resúmen. Recientemente he venido a darme cuenta de que la plaza cercana a mi dentista es la mismísima plaza que en este país se hizo famosa en 1973.


A fines de agosto de 1973 se produjo un intento de robo espectacular en un banco de Estocolmo, donde los atacantes capturaron rehenes. Después de dias de tensión nacional se detectó que algunos de los rehenes comenzaron a sentir complicidad con sus captores. Ese fenómeno fué posteriormente conocido como ”Sindrome de Estocolmo”.


Los rehenes temían un ataque policial violento, que podría terminar con rehenes muertos o heridos. Ese peligro parece haber contribuído a que los captivos defendiesen a sus captores, hasta que estos se entregaron sin derramamiento de sangre el 28 de agosto de 1973.


Dos semanas después se produjo el ataque aéreo a La Moneda, del 11 de septiembre de 1973, con las consiguientes noticias sobre muertos y prisioneros en Chile. Reformas sociales y económicas que en Suecia ya eran cosa normal, en Chile habían sido detenidas a sangre y fuego.


Cuatro dias después (15 de septiembre) murió el Rey de entonces y asumió el actual monarca. Fueron dias y semanas de mucha tensión y de noticias impactantes una después de otra. Sin duda fueron dias históricos para quienes eran adultos en esa época.


Dos años después, en 1975, se terminó de renovar el reloj-B de fin de año construído por el abuelo de mi dentista. Este fué luego llevado e instalado sobre la muralla rosada exterior del antiguo edificio bancario donde se produjo el famoso intento de robo en 1973 y que condujo al llamado ”Sindrome de Estocolmo”. 


Cuando yo pasaba por esa plaza y veía el reloj-calendario-B, acostumbraba pensar en mi amigo Leif, nieto del fabricante del reloj.


Pero cuando el reciente jueves 29 miraba hacia el reloj-B desde un restaurant McDonald's, yo pensaba también en el 11 de septiembre de 1973 y en el Sindrome de Estocolmo. Ese mismo reloj-B que antiguamente marcaba el paso de cada 31 de diciembre, simboliza aún más de historia para mí, ahora que me enteré de que el antiguo banco tenía esa muralla rosada exterior.


Dejo esta reflexión hasta aquí, ya que ese antiguo ex-banco era como un ”antepasado” de otro banco fusionado para el cual trabajé en Desarrollo de Sistemas, como empleado de una empresa contratista. Sería largo tocar esa relación, pero reconozco que un primer reloj-A en un edificio regional me ayudó a conocer mejor el segundo reloj-B sobre una muralla céntrica, que desde ahora también es indirectamente asociable a mi propia reseña curricular.


De esa forma siguen pasando los dias y uno se vá sintiendo un poco acompañado de diversos signos y símbolos que parecen saludar desde la distancia, con su mera presencia.


En esto hay una dimensión extra para mi, debido a que entre los expertos policiales suecos que en 1973 observaron y estudiaron el fenómeno de los rehenes, originando la expresión ”Sindrome de Estocolmo”, surge una apreciada relación genealógica. Gracias a datos que recibí de Inglaterra entré en contacto con la familia de uno de los integrantes del grupo policial de 1973, aunque dos decenios más tarde, en 1993.


Por ello al pasar y mirar ese reloj-calendario-B que marcaba el avance de las generaciones, pienso yo ahora también en la muralla rosada del ”Sindrome de Estocolmo” y en mis primeros parientes suecos que por casualidad logré ubicar 20 años después de las dramáticas semanas de 1973.


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Símbolos y Genealogía


Después de poner a prueba los dientes recién ajustados por Leif y de calmar mi apetito, salí del  McDonald's esa tarde del jueves 29. Desde cerca del relol-calendario-B me dirigí enseguida a una organización genealógica, a la que llegaba por tercera vez. Allí participo ahora de una actividad vespertina de dias jueves, cada dos semanas.


Creo que algunas sorpresas ocurridas en los meses recientes, me llevaron hasta una organización donde están surgiendo aún más sorpresas relacionadas con la Genealogía.

 


El domingo 10 de julio de 2011 publiqué en este blog mi escrito ”Palabra Crisis y 2 signos chinos”. Poco después surgieron nuevos signos que me llevaron a ubicar una casa en Holanda. Más tarde encontré nuevos descendientes nórdicos de antiguas familias Meza. Eso despertó mi curiosidad por intentar aprender un poco sobre los datos genealógicos que son accesibles en la zona nórdica.


Por ello me acerqué a una organización donde llegué a una hora inadecuada (casi todos habían salido para almorzar). Esa casualidad hizo que me topé con una persona que iba saliendo a comer. Le hice una pregunta, él pensó un corto instante y luego me invitó a su oficina. Allí me contó sobre un determinado proyecto que él dirige. Lo escuché casi con la boca abierta de asombro, debido a que algo similar intenté yo proponer infructuosamente a un importante Archivo regional en enero de 2010.


De pronto le comenté que me parecía que yo estaba soñando al escucharlo. El sonriendo me reiteró que todo eso era bien real. Me invitó a adherirme a sus esfuerzos y yo con el mayor agrado acepté. Ya nos hemos encontrado personalmente tres veces y nuevas sorpresas siguen brotando al intercambiarnos información virtual. La cosa comenzó con dos signos chinos y ahora aparecieron signos en formas de relojes que nos recuerdan el paso de los años


Si uno no logra dejar documentados datos genealógicos conocidos, se arriesga a enfrentar la muerte en cualquier momento, habiendo olvidado darse el trabajo de escribir ciertos nombres, lugares y fechas. Esa fué posiblemente una de las conclusiones más razonables que percibí desde que ví el reloj-A que tiene como marca el apellido de mi dentista. Hay que darse el trabajo de anotar datos históricos familiares, teniendo en cuenta que de pronto la propia vida puede llegar a su fin.


Doblemente afortunado fué que los dos signos chinos me llevaron por senderos que me condujeron al encuentro con otras personas que razonan parecido. Pensando en nuestros respectivos nietos estamos llegando a coincidencias mínimas sobre como organizarnos, para ir construyendo registros que sean compatibles con las normas y formatos internacionales de genealogía.


Salvo error u omisión.


Cordiales saludos
Rafael Meza


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