Cambios por Vectores Políticos

Domingo 16 de octubre de 2011


En mi artículo anterior ”Tres Tristes Tercios” del 9 de octubre, yo comenté cerca del final acerca de los conceptos Derecha, Centro e Iquierda y escribí  lo siguiente:


”Puede ser que los tres términos signifiquen algo diferente para cada uno de nosotros, dependiendo de la propia posición política de cada cual. Basta leer algunos foros online de diarios chilenos, para notar que existen muchos matices cuando se trata de describir o calificar a los compatriotas que piensan diferente, en términos políticos.


A esos matices o ”vectores políticos” me gustaría referirme más adelante.”



Es justamente a los cambios que se generan en cada uno de nosotros debido a estímulos políticos casi diarios, yo me quiero referir en este escrito. Por eso comencé con una imágen que muestra un cuerpo humano sometido a ”Primary Load Vectors”, tanto en deportes como en la sala de levantamiento de pesas.


Me pareció una analogía apropiada para explicar que cada ser humano es diariamente sometido a acciones subliminales, que inevitablemente causan reacciones. Así como un cuerpo humano ante esfuerzos físicos es sometido a vectores primarios y a miles de mini-vectores secundarios o terciarios, nuestros pensamientos y emociones son también afectados por miles de influencias diarias, tanto débiles como intensivas. Todo ello conduce a CAMBIOS grandes o pequeños.


Con esta introducción quiero ahora invitarlo a disfrutar de otra versión de la canción ”Todo cambia”, del chileno Julio Numhauser. Esta vez se vé y se escucha la reacción del público ante los vectores emocionales generados por Mercedes Sosa y por el efecto interactivo de toda esa energía humana, durante algunos instantes de ”cambio vectorial”:


Todo cambia, cantado por Mercedes


A continuación haré uso de una analogía basada en un solo parámetro físico (peso corporal cambiante) que conecto a la otra analogía sobre un tren viajando hacia el norte de Chile (que incluí cerca del comienzo de mi escrito anterior). Ahí yo puse las siguiente líneas:


”Para resolver esa contradicción de los eventuales desplazamientos, habría que modificar el ”modelo” que planteo, agregando que en cada momento deberíamos imaginar un reposicionamiento de las personas, de acuerdo a sus cambios relativos de posición política.”


Ahora regreso a la reflexión de los reposicionamientos políticos, valiéndome de un reposicionamiento netamente físico, medido en kg.


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Ordenamiento por peso corporal


Supongamos que invitamos a la totalidad de la población adulta de Chile a pesarse al despertar en la madrugada del dia P. Supongamos que todos aceptan y que todos reciben una balanza de precisión. Al despertar esa mañana (dia P de ”peso”), cada cual sin excepción se para sobre la balanza. Una vez que el peso se ha estabilizado, la balanza envía una señal a una o varias central(es) de registro de peso en kg.


Las personas enfermas reciben ayuda para pesarse. Los que están viajando se pesan lo más cerca posible de la hora equivalente a la madrugada de Chile. Una vez recibidos los resultados con los nombres de cada cual, todos se ordenan estrictamente de acuerdo a los kg y gramos registrados.


Aún mayor precisión podría lograrse pesando de antemano la ropa con que cada cual se pesa. De esa forma se podrían descontar los gramos correspondientes a la ropa, en el momento de enviar el resultado. Esto es solo un detalle que no afecta mayormente a los tres tercios.


Medir a los chilenos por peso en kg sería una forma bastante objetiva de utilizar un parámetro ”neutral”, que no se fija en el sexo, religión, saldo bancario, estado de salud, preferencia deportiva o apariencia física de la persona medida. Ante los kilógramos y la balanza somos todos ”relativamente” iguales. Somos respetados como iguales por la balanza, aunque pesamos diferente.


He escogido esta analogía por varios motivos. Es fácil imaginarlo, se puede abstraer de todas las dificultades prácticas, aunque de forma virtual. Sin fijarse en costos o en problemas de distancias, simplemente lo aceptamos mentalmente y lo hacemos. El posterior ordenamiento por peso en kg no necesita hacerse físicamente, sino que solamente de forma numérica con fríos registros.


Se puede discutir si se escoge una edad de 18, 20, 19 o 21 para considerar a una persona como adulta. Si pensamos en los registros electorales se trata de 18 años cumplidos, si es que no me equivoco. Miré en páginas del servel.cl (Servicio Electoral). Ahí entré en ”Estadística del Padrón” y al llegar a la Región XV en el año 2010, pude ver que la primera columna se refiere a electores de 18 a 19 años.


Digamos entonces que por arte de magia se pesan todos los chilenos que en el Dia P tienen 18 años para arriba, sin excepción.


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Corpulentos, Medianos y Livianos


Una vez que todos los chilenos de 18 años o mayores están debidamente ordenados de acuerdo a kg y gramos de peso, se escoge el 33,33% de los chilenos de mayor peso y a ese grupo se le llama de ”Corpulentos”. Al 33,33% de menor peso se les llama de ”Livianos” y al 33,33% restante se les llama simplemente de ”Medianos”.

 

Se puede por supuesto discutir si se prefiere usar palabras como Gordos y Flacos, pero me detuve en las que puse en el título de este párrafo.


Entre las observaciones que se pueden derivar de este experimento imaginario, destaco la variabilidad de los pesos en relación al tiempo. Si se hiciese una medición similar un mes después, o seis meses después, o un año después, naturalmente que los pesos van variando a nivel individual.


Por otro lado siempre hay algunas personas que fallecen y personas que cumplen 18 años. Esto me lleva a pensar que se vá produciendo un desplazamiento de personas en la escala de pesos en kg. Si se vá tan detalladamente como al nivel en gramos, entonces esos microdesplazamientos se pueden producir en cosa de dias o incluso de horas.


Lo relevante de la analogía es sin embargo que si pensamos en un Límite-A entre Corpulentos y Medianos, entonces podemos imaginar que ciertas personas cercanas a ese límite pueden cruzar varias veces ese Límite-A a medida de que pasa el tiempo.


Algo similar puede ocurrir en un Límite-B entre Medianos y Livianos. Algunos individuos pueden un dia pertenecer al tercio de los Medianos, pero al dia siguiente pueden pasarse al tercio de los Livianos.


Podemos sin embargo aceptar que esos cambios ”limítrofes” son porcentualmente insignificantes si es que se considera una población de varios millones de habitantes. Aunque se trate de algunos miles que se desplazan alrededor de los límites, ello apenas se nota si es que se mira la totalidad.


Con todo esto quiero decir que en todo momento habrá un tercio de Corpulentos, otro de Medianos y otro tercio de Livianos. Es perfectamente posible que si se toma el promedio de peso en cada tercio y luego se compara con el promedio del mismo tercio algunos decenios antes o después, veremos diferencias.


También es natural que si se hiciese una comparación entre los respectivos tercios de diferentes paises, pueden surgir diferencias de pesos promedio.


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Conclusión sobre Tres Tercios elásticos


Yo personalmente imagino algo comparable a los pesos en kg, con relación al nivel de Derechismo o Izquierdismo en un determinado país, en una determinada época. Así como las personas cambian de peso constantemente, también los individuos modifican su pensamiento político con el paso del tiempo y con las diferentes experiencias de vida.


A pesar de esos CAMBIOS en la microesfera, yo creo que en la macroesfera siempre sigue existiendo un tercio de Derecha, otro de Centro y otro tercio de Izquierda. Los tercios se estiran o encogen, los dos límites entre esos tres segmentos se desplazan todo el tiempo. Aunque algunas personas se mudan de tercio con el tiempo, siempre se van reconfigurando dinámicamente esos Tres Tercios.


Destaco que en el experimento virtual utilicé un solo parámetro de medición, es decir el peso corporal en kg. Podríamos pensar en una ”sumatoria” de varios ”vectores políticos” y valernos del total individual para ordenar a los adultos políticamente.


Ese que podría ser otro experimento imaginario, me lleva a continuar con el razonamiento.


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Temas no políticos


Se podría tal vez pensar que la religión no tiene nada que ver con política. O que tal vez el medio ambiente es algo fuera de la escala izquierda o derecha. Yo acepto una objeción de ese tipo y para no complicar demasiado el tema, propongo que pensemos en 1000 vectores políticos.


Doy como ejemplo dudoso la prohibición que tienen las mujeres para conducir vehículos en ciertas sociedades religiosamente ortodoxas. Se podría pensar que ese tema es religioso, pero también se puede pensar que es político. Si se mira desde el punto de vista de la igualdad de derechos y de deberes, se podría asociar ese tema con algún vector político.


Probablemente el respirar aire limpio es un tema que afecta a todos los sectores políticos y que por ello es ”neutral” políticamente hablando. Basta sin embargo pensar en medidas esconómicas que pueden conducir a mejorar la calidad del aire, para llegar a que nos metemos en argumentos políticos.


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Masculino y Femenino


Muchos hemos leído que hasta los hombre más ”machotes” pueden tener algún componente que generalmente es calificado como ”típico femenino”. Sin entrar a discutir la veracidad o no de los supuestos componentes masculinos o femeninos, me detengo en un pensamiento que me causó impresión en algún momento.


Este fué que el amor maternal es incondicional, mientras el amor paternal pone condiciones.


Eso me llevó a pensar automáticamente en un llamado ”bandido” del que tuve conocimiento, cuya madre aparentemente nunca lo abandonó. Sin duda que también se lée sobre casos opuestos, donde el padre no abandona a sus hijos, mientras la madre sí lo hace. En general creo sin embargo que esa ”regla” del amor maternal sin condiciones, puede tener cierto asidero. Pero también existen hombres que llevan ese lado ”femenino” del amor incondicional por sus hijos. Conocí algunos casos, pero prefiero cuando padre y madre aman sin condiciones a sus descendientes.


El motivo de que mencioné esto (que sin duda es discutible) es que yo creo que hasta el derechista más acérrimo puede tener ciertos componentes izquierdistas, a la vez que centristas e izquierdistas pueden contar con ”vectores” derechistas.


Al intentar ubicar un ejemplo llegué al caso de un hombre histórico que fué miembro respetado de la nobleza nórdica, quien lucho por eliminar la nobleza y sus privilegios. Un derechista por causa de sus abolengos, luchó por autoeliminar sus títulos de superioridad. Creo que algo así se podría calificar como un tema izquierdista, si se relaciona con la forma como se sentaban los parlamentarios franceses después de la Revolución.


Agrego que me enteré de esta curiosidad hace como poco más de una semana, al ver un programa de TV sobre genealogía. Una artista muy simpática, querida y famosa en estas latitudes recibió ayuda para ubicar a sus antepasados nobles y entre otros lugares fué a parar al Museo Nacional. Varios cuadros incluían a algunos de sus antepasados. Uno de ellos fué un obispo luterano que se muestra en el instante de coronar a un Rey. La artista era descendiente del obispo y por ese lado de muchos nobles más, que eran antepasados de la esposa de ese obispo.


Uno de los puntos que más me causaron simpatía fué que justamente otro de sus antepasados nobles tuvo éxito en eliminar la nobleza en este país. Caroline saltaba de alegría al enterarse de su antepasado ”democrático” que la llenaba de orgullo. Yo pensé que ese derechista (por linaje) del pasado tenía un corazón bastante izquierdista.


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Vectores políticos


Me atrevo a afirmar que hasta las personas más ”apolíticas” imaginables, asumen subconcientemente opiniones políticas a cada momento, dependiendo de los impulsos que se reciben desde los medios de comunicación, o desde otras personas, o desde el medio ambiente.


Por ello propongo imaginar que cada uno de nosotros es sometido a 1000 fuerzas o vectores políticos a cada momento. Pueden ser más o menos, pero como se trata de un ejemplo podemos conformarnos con 1000. Algunos de esos vectores nos tironean para allá, mientras otros nos tratan de dar un giro en el sentido de los punteros de un reloj tradicional, mientras otros nos arrastran hacia subtierra o hacia el espacio exterior.


Solo como ejemplo propongo imaginar un vector político relacionado con las escuelas matrices de las FFAA chilenas. Digamos que en el nivel CERO se ubican las posiciones que consideran que para ser oficial hay que tener cierta ”clase”, cierto nivel económico y cierto ”roce social”.


Digamos por otro lado que en el nivel CIEN se ubican las posiciones que consideran que para ser oficial chileno solo se requieren aptitudes, sin importar apellidos, bolsillos de los padres, tonalidad de la piel o contactos sociales.


Si usted lo prefiere, puede imaginar como nivel CIEN el más exclusivo y como nivel CERO el más igualitario.


Enseguida propongo imaginar que pedimos a cada chileno que se trate de ubicar en esa escala de posición mental, en un porcentaje que varía desde cero a 100. Quienes son totalmente indiferentes y les dá lo mismo, se ubican  en el medio, es decir en el nivel 50, ya que pesan lo mismo los argumentos exclusivistas como los igualitarios.


Hecho esto pasamos a imaginar otro vector, como por ejemplo la simpatía que cada cual tiene por la educación privada (nivel cero) o la educación pública (nivel 100). Quien lo desea puede cambiar los extremos y considerar nivel 100 el de la educación privada.


Y de forma similar podemos ir pensando en más y más ”vectores” hasta llegar a un nivel de 1000 vectores políticos. Con 1000 vectores donde uno de puede ubicar con un mínimo de cero y un máximo de 100, se llega a un puntaje máximo de 100.000


O sea que si todos usamos las mismas escalas y todos nos ubicamos de acuerdo a cada vector y luego hacemos una sumatoria, vamos a llegar a un suma individual que puede variar entre CERO y 100.000


Hecha esa medición ordenamos enseguida a la totalidad de la población adulta chilena, de acuerdo al puntaje alcanzado. Probablemente habrá varios con un nivel de 56.789 puntos. Todos ellos se ubican un poquito más allá de los que lograron 56.788 puntos. Lo relevante es imaginar que la totalidad de la población  se ordena de acuerdo a 1000 vectores políticos que pueden ser asociables a los extremos Derecha o Izquierda.


Una vez ordenados, se observa que el tercio de los que se encuentran más a la derecha (vectorialmente hablando) son la Derecha del país. Algo comparable se puede pensar para el tercio izquierdista y el tercio centrista.


En el tercio izquierdista pueden encontrarse muchos individuos que en ciertos parámetros se mostraron super derechistas. Algo similar puede ocurrie en los otros tercios, donde algunos integrantes tienen ciertas posiciones que mejor calzarían en los otros dos tercios.


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Sumatorias Dinámicas


Al pensar de esta manera yo imagino que cada individuo está constantemente mudando microscópicamente de opinión, de una forma comparable a la radiación solar durante cierto lapso de tiempo cuando hay luz solar. Se trata de una vibración constante de valores, que no se disparan con mucha violencia.


Es posible por ejemplo, que un panelista de algún programa logra conducir cierto argumento de tal forma, que muchos expectadores cambian de opinión con respecto a cierto vector, al menos mientras se está mirando la TV. Hay de esa forma una dinámica constante en nuestra forma de pensar, debido a que interactuamos con miles de personas cada dia. Aún así, aunque ciertos vectores muden marcadamente, yo creo que solo uno o varios vectores atípicos entre un total de cientos típicos conducen sin embargo a cierta estabilidad mayoritaria.


Seguramente hay un cierto número de personas que están cambiando de posición de forma constante, dentro de la zona de contacto entre centro y derecha o en la zona entre centro e izquierda. Pero a grandes líneas yo creo que los tres tercios son ”relativamente estables” e incluyen un núclo mayoritiario de personas que por lo general se encuentran siempre en uno de esos tres tercios.


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Lenguaje


Veo que el relativismo cobra su precio cuando surgen partidos que se autodenominan ”Izquierda”, pero que solo logran cifras electorales inferiores al 10%. Una observación inmediata es que un partido con ese nombre y con ese porcentaje no puede incluir a la totalidad de la izquierda política, ya que esa izquierda llega siempre al 33,33% del electorado y de la población adulta.


Otra conclusión podría ser que el resto de la izquierda debe encontrarse apoyando a otros partidos, tengan o no tengan la partícula ”izquierda” en sus nombres. He sabido de partidos que han tenido las denominaciones ”Derecha” o ”Centro” en sus respectivos nombres, pero sospecho que es menos común que el elegir ”Izquierda” para integrar el nombre.


Como ejemplo del nombre ”Derecha” (en sueco ”Höger”) menciono el Partido sueco de Derecha (Högerpartiet) que tuvo ese nombre entre 1952 y 1969. Como ejemplo de ”Centro” menciono el actual ”Centerpatiet” sueco que incorporó la palabra ”Center” en su nombre, en 1957. El partido en sí ya existía desde 1910 bajo un nombre relacionado con los agricultores.


Salvo error u omisión.


Cordiales saludos
Rafael Meza


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