DERESU-111

Se podrían hacer largas listas con formas horribles de morir y entre ellas nombro las muertes por violencia (asalto, tortura, guerra), accidentes, incendios, inundaciones, etc. Morir deshidratado o por inanición puede ocurrir cuando se pierden todas las esperanzas de recibir ayuda, es decir cuando la solidaridad tiende a cero.

En la corta lista anterior surgen Agua y Energía, ya sea porque sobra o porque falta. Mucho fuego y poca agua se dá en los incendios. Exceso de agua se dá en las inundaciones. A continuación incluyo una imágen clásica del cine, que me produjo una imborrable impresión la primera vez que la ví. Yo reaccioné más que nada por los bigotes congelados:

Enseguida reaccioné cuando Omar Sharif camina siguiendo los postes de una línea eléctrica y a la distancia vé a una mujer, a un viejo y a una niña pequeña. Zhivago crée equivocadamente que se trata de su amada Lara, del padre de ella y de la hija del Dr. y de Lara.

Yo crecí en una sociedad y en un medio donde se hablaba y se creía en los fuegos del infierno. Con el tiempo, la vida me llevó muy lejos de ese medio y en una ocasión uno de mis nuevos amigos me contó que los antiguos vikingos creían que el infierno era un lugar con hielo y nieve, donde se pasaba frío eternamente.

Nunca me preocupé de verificar la veracidad del relato, pero ese comentario nunca lo he olvidado, porque si tuviese que escoger entre sufrir quemándome en un infierno ardiente o padecer congelándome en otro infierno helado, ya sé que la elección no sería  fácil.

Al escribir este artículo busqué por "hipotermia" y me encontré con un caso ocurrido en Chile, hace más de dos años, donde leo que un hombre murió de frío, tendido sobre una banca de un paradero rural, durante una noche donde el termómetro bajó más allá de los 5 grados bajo cero. Recordé al Dr. Zhivago entumido y reflexioné sobre situaciones en que se puede perder la vida por causa de un enfriamiento sorpresivo, cuando se está lejos de cualquier forma de solidaridad.

Extrañamente, se dan casos de "Desnudo Paradójico", donde personas afectadas por hipotermia severa comienzan a desnudarse. La mente se desconcierta y los termostatos del cuerpo envían mediciones falsas, aunque también hay explicaciones fisiológicas sobre zonas del cuerpo que primero son afectadas por contracción de los vasos sanguíneos debido al frío y que de pronto experimentan una vasodilatación, con la posterior llegada repentina de sangre caliente y sensación de mucho calor.

Tal vez ese compatriota que murió de frío acostado sobre una banca, creyó que el bus llegaría tarde o temprano. Posiblemente al bus se le congeló la humedad de la bencina y las mangueritas del combustible se atascaron con tapones de hielo. Bajísimas temperaturas poco frecuentes no estimulan al uso de anticongelantes. Bajísimas temperaturas constantes en invierno, exigen uso de glicoles en el agua del radiador y en el combustible.

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Pellets de madera

La imágen anterior muestra a un adulto con el rostro rojizo y caliente. El lleva en sus brazos a un niño con el rostro azuloso y asustado, en estado de hipotermia. Detrás de ellos se divisan árboles, es decir la materia prima para los pellets de madera:

Normalmente esos cilindritos son producidos a partir de resíduos de la industria de muebles o de la construcción, presionando virutas de madera o aserrín. El resultado es madera más seca, que arde sin generar tantos gases nocivos como la leña común.

Ese combustible funciona muy bien con estufas tipo salamandra, donde la salida de los gases se produce via un tubo que atraviesa la muralla por detrás del calentador:

El contenido calórico de esos pellets varía entre 4,7 y 5 kWh por kg. Su densidad es cerca de 0,7 tonelada por metro cúbico. Ese tipo de combustible que se fabrica en Chile y en muchos otros países, es también efectivo en centrales automáticas, donde los pellets avanzan con la ayuda de gruesos tornillos autoregulados por la propia temperatura de la cámara de combustión.

La siguiente imágen muestra un calentador via pellets de madera de 100 kW, apto para calefaccionar un edificio o varias casas. Esos aparatos calientan agua, cuyo calor llega al usuario via intercambiadores de calor:

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Cerros incendiados

Yo nací y crecí en un pueblito de Chile central, donde durante mi temprana infancia recuerdo haber visto los efectos de incendios forestales que podían durar más de un dia. Se notaba porque en la noche se veían varios sectores del perímetro de cerros que rodeaban al pueblo, ardiendo con un color rojo amarillento.

Posteriormente me acostumbré a ver varios cerros relativamente "pelados", con algunos arbustos o árboles aislados. En una ocasión me entró la curiosidad y pregunté a personas de avanzada edad si recordaban los incendios que yo tenía en mente y si recordaban si antes de esos incendios habría muchos árboles en la comarca. Una de las respuestas que me pareció muy creíble, me describió que los cerros circundantes parecían "selvas", cuando el relator mismo había sido niño.

Pareciera que cerros cubiertos con densa vegetación, fueron paulatinamente perdiendo su biomasa, con incendios causados por descuidos o por actos delictivos. A menos biomasa, menos humedad de la lluvia que es capturada por raíces, troncos y hojas. A menos evaporación, menos lluvia, más sequías y aún más incendios. Luego aumentan los cerros "pelados" que se van erosionando. Y después de una o dos generaciones, ya nadie recuerda que los mismos cerros parecían densas florestas en el pasado.

Mi propuesta Deresu-111 que se describe en este archivo, incluye entre sus componentes el crecimiento de bosques nativos y de bosques explotables en los 38 segmentos de 111 km de largo, en que he dividido el territorio chileno. Mientras ciertos bosques se deben dejar crecer indefinidamente, otros bosques pueden ser talados y explotados por su valiosa madera, para ser reforestados en un sistema de rotación. De los residuos de esa madera explotable pueden surgir pellets renovables, capaces de calefaccionar las regiones chilenas, invierno tras invierno.

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Solidaridad e Hipotermia

Imagino que diversas formas de calefacción colectiva podrían manejarse via cooperativas. Decenas de vecinos se organizan, financian centrales térmicas en conjunto y luego cada invierno adquieren combustible de forma colectiva. Enseguida cada familia paga por el consumo de agua caliente, de acuerdo a un medidor. Esas cooperativas podrían a su vez adquirir bienes (combustibles, respuestos) y contratar servicios técnicos de empresas privadas o públicas. Una forma de comenzar esas cooperativas sobre Agua y Energía, podría ser mediante un "Foro Cooperativo" ya mencionado en escritos anteriores.

Calefaccionar escuelas, casas y edificios con combustibles locales, es perfectamente posible en un país como el nuestro, donde de vez en cuando se vé la energía de los bosques ardiendo descontroladamente en la noche.

Un tal foro podría estimular la autoeducación y el surgimiento de "Círculos de Estudios". En esos círculos se podría aprender voluntariamente sobre los riesgos de la hipotermia y sobre la forma de evitar y de eventualmente tratar de emergencia ese frío extremo.

Imagino que una forma de solidaridad del tipo "ayúdate a ti mismo", podría ser una suerte de "seguro contra la hipotermia", consistente en contribuciones voluntarias, que en lugar de pagar primas por pólizas de seguro, ayudarían a mantener refugios cálidos en zonas rurales y urbanas, donde tal vez se mantenga un caldero con sopa generosa, con que superar las duras noches de fríos extremos, durante junio, julio y agosto.



Morir de hipotermia en una garita rural parece una forma bastante inesperada de perder la vida. Dejar que un cerro arda durante varios dias y noches, parece ser una forma bastante innecesaria de desperdiciar energía renovable, tal vez suficiente como para que toda la comunidad circundante pueda combatir el frio durante varias semanas o meses.

Irónicamente, al combatir ciertos incendios forestales, se podría combatir posteriormente el frío extremo con toda esa biomasa salvada. Tal vez la posesión colectiva de nuevos bosques en zonas desmatadas que van quedando ralas y abandonadas, estimularía el surgimiento de nuevas fuentes de trabajo, tanto para custodiar y prevenir incendios foretales, como para distribuir organizadamente ese valioso recurso reciclable.

Las cenizas de pellets de madera son un excelente abono, ya que contienen casi todas las sales y minerales necesarios para hacer crecer nuevos árboles. Lo único que falta en esas cenizas es el nitrógeno que había en la madera, antes de la combustión. Ese elemento es sin embargo abundante en el aire (78% del volúmen de la atmósfera) y se puede suministrar via fertilizantes sintéticos (urea) o naturales (salitre chileno).

Uno nunca sabe si algún dia, cualquiera de nosotros llega a quedar solo durante una noche super fría, lejos de cualquier forma de solidaridad. Sería interesante si grupos organizados de voluntarios, tuviesen entrenamiento y disposición para acudir a salvar a víctimas del frío, en noches solitarias cuando más se necesita. Esa podría ser otra forma práctica de "pagar" la prima de seguro de una "póliza" solidaria, via trabajo esporádico.

Un sistema solidario de ese tipo, tal vez no salva justamente a la persona que contribuye con dinero y/o trabajo, pero puede acudir en ayuda de un ser muy querido, que tal vez se encuentra en peligro de caer muerto de frío, durante una noche cualquiera de uno de esos inviernos para tiritar. Combinando combustible procedente de biomasa, con energía solar y geotermia es posible combinar varias formas renovables de energía chilena, con el uso de intercambiadores calóricos.

Voluntarios de salvataje contra la hipotermia podrían colaborar con otras instituciones chilenas de gran arraigo en nuestra historia, como los cuerpos de Bomberos y las asociaciones de Cruz Roja. Círculos de Estudios como los mencionados, podrían a la vez contribuir al desarrollo de formas efectivas para prevenir y apagar incendios forestales, inclusive esos que se producen en los cerros tan abundantes de nuestros paisajes más habituales.

Hipotermia, Bosques, Pellets de madera, Incendios, Solidaridad y Bienestar, son tal vez diferentes lados de una misma moneda, donde las caras más notorias son el calor y el frío extremo. De ahí que usaré lo expresado en este escrito, como antecedentes para un comentario que publicaré en el área temática "Solidaridad y bienestar", de "Océanos Azules".

Deresu-111 es para durar 111 años, aunque se podría comenzar con una medida participativa regional abierta para todos, es decir un "Foro Cooperativo", dirigido y administrado por el "Departamento de Cooperativas" del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción.

Salvo error u omisión.

Cordiales saludos
Rafael Meza