DERESU-111

Agua y Energía son elementos indispensables para cualquier desarrollo sustentable. Me alegro de que varios participantes en "Océanos Azules - Desarrollo Sustentable" coincidimos en esto y compruebo con satisfacción que surge sinergia positiva, con la fertilización cruzada de ideas que se está produciendo. Un programa de gobierno mira esencialmente hacia el futuro, nutriendose de las experiencias del pasado y del presente. De ahí que es relevante pensar en las futuras generaciones de chilenos.

Algunas personas tienen su primer hijo a edades cercanas a los 20 años, otros más cerca de los 25 o de los 30. Puede haber diferencias de edades entre la madre y el padre, así es que yo estimo que entre el nacimiento y la muerte pueden surgir entre 3 y 4 generaciones humanas por siglo.

Aquí se ven representantes de dos generaciones humanas retratando a un huemul en un valle cordillerano, mientras Agua en forma de nieve y Energía en forma de rayos solares enmarcan ese mágico instante de contacto con la naturaleza renovable:

Muchos niños logran tener contacto con sus respectivos abuelos durante los primeros años de vida. Muy pocos niños logran conocer a alguno de sus bisabuelos. Tres generaciones que viven en el mismo lapso de tiempo es bastante común (niño, padres y abuelos). Cuatro generaciones viviendo en una misma epoca es menos común.

Cinco generaciones debe ser muy excepcional, aunque posiblemente hay "meninos da rua" (niños de la calle) que al envejecer pueden hasta llegar a tatarabuelos antes de morir. Eso podría deberse a que hay niños abandonados que pueden tener hijos propios, antes de cumplir 15 años.

Es conveniente tener esas generaciones humanas en cuenta, cuando nos referimos a "Desarrollo sostenible" y al Principio 3.º de la Declaración de Río (1992), que se menciona en el artículo correspondiente de Wikipedia:

"Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades."

Abuelos, padres y nietos requieren de Energía en cualquier época, especialmente cuando hace mucho frío:

Ahora podemos combinar esta condición del desarrollo sustentable, con la "Primera ley de la temodinámica" o "Principio de conservación de la energía" que nos recuerda constantemente que la Energía no se puede crear ni destruir, sino que solo se puede transformar a otras formas de energía.

Si las generaciones humanas que viven en este momento transforman la energía almacenada en los recursos energéticos fósiles para satisfacer sus necesidades, es evidente que las generaciones futuras no podrán usar esos mismos fósiles para satisfacer sus propias necesidades. Usar fósiles hoy, compromete las posibilidades del futuro y no conduce a desarrollo sostenible.

Todo lo anterior lleva a preguntarse como será la matríz energética de los chilenos que nacen ahora y que llegarán a abuelos dentro de 50 o 60 años?

Las reservas mundiales conocidas de petróleo tal vez se consuman dentro de 40 años o menos. ¿Qué precio tendrá ese hidrocarburo dentro de 20 o 30 años?

¿Quedará gas natural disponible dentro de 60 años y en caso afirmativo a qué precio?

¿Cuando logrará Chile explotar sus reservas de hidratos de metano sin causar emisiones incontrolables?

Mi propuesta DERESU-111 se basa en dividir el territorio chileno en 38 segmentos virtuales de 111 km de largo, para hacer fluir Agua en dirección norte y Energía renovable en dirección sur, con miras a tener uno o varios sistemas de ductos dentro de 111 años

¿Qué sentido tiene hacer fluir energía hacia el extremo sur del país, cuando justamente allí hay abundante hidroenergía y allí opera ENAP?

Es bastante obvio que el extremo sur de Chile no requiere de energía que venga desde el norte en el presente, cuando mucha energía fluye ahora desde el sur hacia el norte. En términos de desarrollo sustentable sin embargo, las futuras generaciones de chilenos demandarán probablemente más Agua y más Energía por cada año que pase, hasta que se llegue a lograr un muy hipotético consumo anual estabilizado de ambos recursos.

El extremo sur de Chile es riquísimo en muchos recursos energéticos renovables como viento, olas, mareas, biomasa, hidroenergía y geotermia. A la vez, el sur de Chile requiere de más calefacción y el calor adicional será aún más importante cuando surjan allí nuevos pueblos y ciudades modernas. Yo creo por ello que en términos de calor transportable (via p.ej. salix, pellets de madera o biogas), la energía renovable que provenga del norte podría tener ciertas ventajas en lugares más aislados de la cordillera o de los archipiélagos australes.

Y los deseables biocombustibles nortinos pueden también ser ventajosos en el sur, a medida de que los recursos fósiles de Magallanes se vayan reduciendo, al transformarse a otras formas de energía en los próximos decenios.

Las energías renovables chilenas están intimamente ligadas al desarrollo sostenible. Agua y Energía van mano a mano apoyando al desarrollo, incluso cuando las energías no son renovables. Hasta la energía nuclear requiere de agua para enfriar el calor que se desperdicia con la fisión. Se necesita agua para generar el vapor que mueve tubinas termoeléctricas. Agua que conduce a hidrógeno mueve celdas de combustible (Fuel cells).

Sin agua no hay árboles ni agrocombustibles. El agua es necesaria para cultivar y para lograr carne y otras proteinas, así como para procesar la comida que entrega Energía a nuestros cuerpos. Sin agua no funcionan los radiadores de calefacción correspondientes. Los ejemplos podrían ser muchos más, pero con los nombrados se confirma la íntima relación entre Agua y Energía, que son los dos ingredientes principales de mi propuesta DERESU-111 (Desarrollo Regional Sustentable 111-38).

Cada uno de los 38 segmento de 111 km de largo requerirá de mucha Agua y muchísima Energía dentro de los próximos 111 años, si es que aspiramos a descentralizar esa larga geografía y a hacer todo el país atractivo para vivir y generar riqueza en ambientes debidamente climatizados.

Después de esos 111 años, podemos dejar la tarea de obtener Agua y Energia a lo largo de todo Chile, a los bisnietos y tataranietos que vendrán. Ellos se preguntarán qué hicimos nosotros durante este siglo, para no comprometer el futuro sostenible de nuestros descendientes que llenarán todas las regiones de Chile durante el siglo XXII (inclusive la Región REX del exterior).

Cordiales saludos
Rafael Meza